MIL CÉSARES
Ácimo pan con que comulgas,
ácido vino el que te ofrecen,
amarga comunión de los vencidos…
No hay poso de esperanza en la bebida,
el pan se hace cenizas en la boca.
Mil césares te ocultan las monedas.
Candentes orillas de destierros,
truncados eslabones y almas rotas.
Es tu sudor la sangre del mañana,
tus sueños son taladas ramas,
vendidos por salarios de miseria.
Mil césares te niegan las monedas.
Sobre tierra de inútiles abrojos,
se agazapa el tiempo en largo acecho.
Pagaste tu tributo en gris y olvido,
amarga comunión de los vencidos.
Cuando el ayer es hoy, sólo hay espera.
Mil césares aguardan tus monedas.
CREPÚSCULO DE BARRO
Ocaso de voraces sombras, gaviotas
de enlutadas alas,
oscuro cíngulo que presagia nubes
y ciñe soles agrietados.
Crepúsculo de barro sin dioses ni plegarias,
sobre infame tiempo de arena derramada
en horas de desdicha.
Mandíbulas de saurio que a otro saurio devoran…
Cae, ebria de poder, la impúdica saliva
sobre agónicos mundos.
La voz del silencio clama su hastío
en concéntricas ondas
que sacuden muros de quebradas juntas.
Sólo arde en el aire un murmullo de brisa…
Quizá, sobre brotes de Mayo, germine
un sueño de vida.
Quizá, sobre las plazas, aflore la esperanza,
tiernos tallos de savia bajo luces de lluvia
desgranada en verdades.
Mas la sombra acecha al caer la noche.
Escrito muy interesante. Gracias.
ResponderEliminarBuen poema María .Espero que salgas dentro de poco en la revista Atticus junto con otros poetas que conoces
ResponderEliminarUn saludo