Iosu Moracho






Indignados

“Crear es resistir, resistir es crear”

José Luis Sanpedro

“Los poetas son como las abejas:

Otros se comen lo que hacen”

Humberto Ak´abal

Son las ocho de la tarde y esta no es la Plaza Tahir de El Cairo,

pero hasta aquí llegan los ecos

y como si el planeta fuera una caja de resonancia,

esta piel curtida que es la calle, se tensa para sonar solidariamente

con todos los gritos y afanes de este mundo globalizado.

Levantamos los brazos, luego existimos,

pateamos los adoquines para buscar la tierra, luego existimos,

galopan nuestros corazones llenos de júbilo y determinación, luego existimos…

Vivir es eso, ser consciente de que somos, de que existimos

y de que otros no pueden ser porque nadie les ampara ni les reconoce.

La otra tarde me decías después de ver la plaza llena

que habías vuelto a creer en el ser humano,

que pasara lo que pasara esto ya no tenía vuelta atrás

y que este tornillo que teníamos clavado en el alma

había que sacarlo vuelta a vuelta.

Hoy estamos de nuevo en la plaza,

hemos participado en una comisión de educación

y otra que hablaba sobre la Banca ética.

Una muchacha que no conocía de nada

se ha tomado un café conmigo y ha ensanchado mi mundo

con sus preguntas y sus respuestas.

Me siento libre y soy consciente de que la gente habla,

se cambia cosas, ignora las apariencias y discute amigablemente

con desconocidos.

Los que buscan voluntarios los encuentran en un momento.

Si hay que limpiar se limpia, si hay que cocinar se cocina.

En aquella mesa se hacen las pancartas,

en aquella otra los bocadillos.

Alguien lee a Galeano y alguien lee a Sábato.

Benedetti circula de mano en mano

con su sonrisa traviesa en la solapa,

como diciendo: “Soy un optimista bien informado,

pero lo estamos haciendo”.

Yo también vuelvo a creer en el ser humano.

Este es el grano de arena que mueve el desierto.

Que no nos digan que algo es imposible…

Esta es la gota de agua que arrastra en su devenir al río por la catarata,

la que la vierte sobre la tierra para hacerla fértil

y darle la voz de los vencidos de siempre.

Este es el copo de nieve que rompió la rama,

el grito secular y libertario

que hizo estallar en mil pedazos

todas las copas de cristal de la burguesía insolidaria.

Una sociedad se distingue moral y humanamente

por cómo cuida a sus miembros más débiles:

los niños, los ancianos, los enfermos,

los jóvenes en paro, las mujeres como colectivo de genero,

los emigrantes, los excluidos, los marginados.

Cuando alguno queda ninguneado

todas y todos lo estamos.

Desde ahora, todas las reivindicaciones son nuestras,

todas las causas, aun las más pequeñas.

No hay cielo sino es para todas y para todos.

Frente a tanto ombliguismo individualista,

frente a tantos que se creen el centro del mundo

y aun no han salido de su egoísmo: Solidaridad,

simpatía por el débil.

Simpatía quiere decir

arder con el otro,

sentir su dolor como propio,

prenderse con su fuego y en su alegría.

Compañeros, compañeras:

queremos cambiarlo todo,

queremos ser como esos pájaros que cantan y gritan y vuelan

porque saben que la noche no es eterna,

que de la noche se sale

y del neoliberalismo.

Queremos cambiar su música por nuestra música,

sus sueños por nuestros sueños,

sus discursos por nuestra poesía.

Que la brisa se ponga de nuestra parte…

Que seamos conscientes de todo por lo que luchamos…

Que no se pierda ni un segundo el horizonte donde cuelga la utopía…

Que se cumplan los sueños de todas las plazas del mundo…

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