Izara Batres



Estáis gritando tanta vida,
estáis aconteciendo en un atardecer tan mágico,
que los mecanismos entumecidos
han tenido que darse prisa,
y han fabricado una deliciosa invitación
a respirar,
aunque no sepamos todavía
si nos cobrarán por ella.
Habéis nacido del deseo roto
y del necesario alarido del ritmo,
crecéis desde la fisura en el engranaje,
fugaz muerte del somnífero.
Sois la saliva legítima del lenguaje,
el acceso del unicornio
al amor extinguido.
Perseguís, con vuestras manos, el nuevo enlace,
elevando hacia el cielo el aplauso invisible
que reclama una salida, o un avance.
No queréis regresar
al sueño de la caverna.
Corred, amigos míos, por el tapiz manchado
de las lágrimas de nuestros padres,
la trama es vuestra.
Romped y reconstruid y juntad
todos los pedazos,
y haced de este crepúsculo una vereda.
Generemos el relato desde el principio.
Quizá los autómatas de la gran órbita
desarmen la columna de fuego.
No volverán para arreglar lo que hicieron,
pero vosotros
no os marcharéis jamás.





II.

"El fuego hacia la luz"


Fabrícame con tus ojos la existencia
de un lugar en armonía con el fuego,
haz una barca con los extremos del día,
pon en el centro una urna y un sitar,
yo seré la golondrina.
Crearemos, en el viraje, un boceto
de lo que debe ser la eternidad;
después, ataremos hilos de colores.
Haremos un pastel para desinfectar
el tuétano del coloso,
lo limpiaremos de billetes
y de nada;
proclamaremos el estado
de ingravidez.
Haremos cera, como las abejas,
la volcaremos sobre los huecos,
sobre la sucesión de instantes,
hasta que el mástil gire.
Será la percusión de un increíble
amanecer almendra.
Una vez que el viaje haya comenzado,
no mires atrás,
no dejes que tu pelo se detenga,
sé cómplice del ritmo;
déjate acariciar
por el viento en el que se mecen las aves,
por el enloquecido ciclón imaginario
que barrerá las calles de felpa
y dibujará cascadas y óleo
desarticulado,
y hermosos caballos-cisne,
donde, hoy,
hay plazas de piedra.
Mira más allá de las olas que acarician
el vientre infinito;
escucha,
sólo un segundo, un átomo, una centésima...
En la llama del verso hacia la luz
alguien ha dejado un mensaje:
«Amad hasta la muerte».
  
www.izarabatres.wordpress.com

1 comentario:

  1. Este es del tipo de poesía de romance y es una de mi favoritas. Me gusto mucha esta poesía, pero me gustaran dos parte en especifico 1ero donde dice 'déjate acariciar
    por el viento en el que se mecen las aves,
    por el enloquecido ciclón imaginario
    que barrerá las calles de felpa' porque el le dice que se deje llevar y que dejándose acariciar por el viento se olvide de todo y 2do 'Mira más allá de las olas que acarician
    el vientre infinito' ahí el se refiere a que use su imaginación mirando más halla de lo que sus ojos pueden ver...
    Excelente poesía.

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