MALDITO POETA
Poeta maldito,
maldito poeta,
que enturbia la solaz
del político carroñero.
Que dispara diatribas
a la usura de aquellos
que vierten sus residuos
en las costas del hambre.
Poeta maldito,
alejado de los clubs
de amiguismo y felonía.
Que la ley del Karma
reviente las entrañas
de aquellos que,
por tus versos
reclamando justicia,
te designan maldito,
maldito poeta.
MORDER A EPULON
No ocultaban los ropajes de púrpura y lino
la gordura mórbida de la avaricia
del rico Epulón insolidario.
Chorreaba flácida la carne
a ambos lados del egregio sitial labrado.
A sus pies mil Lázaros raquíticos
baten sus brazos suplicando
algo de pan para sus vientres huecos.
Esgrime el afilado cuchillo del engaño
sobre la presa asada de su mesa.
Lejos de repartir la carne, saja la pieza
que colme el espacio abierto de su boca,
y amenazante alza la faca represora
a la proximidad de Lázaros cegados
por el pertinaz dolor de tanta hambruna.
Pero esta vez, hay un primero que se lanza
a morder el antebrazo de Epulón.
Y el cuchillo platea como escamas de pez
mientras escapa de la mano rolliza.
A éste primero un segundo le sigue
y, un segundo después, a éste segundo
lo sigue todo el resto.
Y el avaro ni siquiera logra escabullirse
porque su pesado peso de obeso,
no lo deja dar un simple paso.
Muriendo a chillidos de puerco deslomado,
los pulmones le estallan por el sebo recio
que acumuló durante años de impostura.
Y los Lázaros abren las despensas
repartiendo los manjares como hermanos.
Sabed Epulones del mundo
que unirán los Lázaros sus voces
para gritar ¡MORDED! como consigna.
Larga vida al maldito poeta!!!
ResponderEliminarEnhorabuena a tu poesía, a vuestra poesía, me alegra ver que este blog está inundado de malditos poetas.
ResponderEliminarMal dijeron maldito
ResponderEliminaral que con alma defiende la justicia,
y digo yo, bendito
por primicia,
por bien decir en aras este escrito.
Señor Sabino, ¡larga vida!
ResponderEliminarGracias, anónimo, no sé si llegaré a la categoría de poeta, pero sí a la de maldito.
Mundo momento, ¡bendito seas, poeta!